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viernes, 3 de mayo de 2013


 Valerio Mateo


NEYBA: A sus 24 años, la estudiante universitaria, Yenisbel Cáceres, recuerda su infancia con tristeza. A sus tres o cuatro años de edad, su madre, María Eugenia Cáceres, la llevó a sus abuelos paternos, en el Barrio La Playa en Barahona, donde observó la existencia de un taller de vehículos y una mata de cereza.

La inocente niña se escondió llorando detrás de su madre, cuando el señor Cesar Andrés Báez González (Mosquito), le pasaba diez pesos. Su progenitora, rehusó recibir el billete verde y, desde entonces, la estudiante de educación en el Subcentro Universitario de Neyba, no observa el rostro de ese hombre de quien posteriormente supo era su padre.

Ella recuerda que cuando llegaron a la residencia de sus abuelos había una mata de cereza y varios vehículos para repararlo, puesto que su padre era mecánico y fue el oficio que desempeñaba en el reconocido taller del Señor Flores cuando a la edad de veinte años residió en Neyba.


Cesar Andrés, era un hombre alto, delgado, pelo largo y ojos canelos, refiere la joven Bel Cáceres, la cual se queja porque su madre dejó de interesarle que ella cuando niña conociera su familia paterna.

Lamentó, que a sus dieciséis años no pudo conocer a un hermano de su padre que visitaba al taller Flores a ver un amigo, el cual solo identificó por un apodo… pero que desconoce el lugar exacto de su residencia en estos momentos.

Narró que la triste información sobre el deceso de su progenitor la recibió después que murió aplastado por una patana, mientras conducía una motocicleta cargada de carbón “quiero saber quién es la familia de mi padre, aunque ellos no me quieran necesito verlos aunque sea para tener un papel o una fotografía de él”, expresó.

Ella desconoce los nombres de sus difuntos abuelos paternos, cuya desaparición provocó la disgregación de la familia Báez González “no llevo esos apellidos porque me declaró mi abuelo materno pero mi padre declaró mi hermano mayor, por eso le llaman José Luis Báez Cáceres”, manifestó.

Yenisbel Cáceres, es madre de dos hijos de cinco y siete años, está casada con Regil Cuevas Ferreras y reside carca de la Escuela Jon Abraham, en el Barrio Caamaño del municipio de Neyba.

La inocente niña se escondió llorando detrás de su madre, cuando el señor Cesar Andrés Báez González (Mosquito), le pasaba diez pesos. Su progenitora, rehusó recibir el billete verde y, desde entonces, la estudiante de educación en el Subcentro Universitario de Neyba, no observa el rostro de ese hombre de quien posteriormente supo era su padre.

Ella recuerda que cuando llegaron a la residencia de sus abuelos había una mata de cereza y varios vehículos para repararlo, puesto que su padre era mecánico y fue el oficio que desempeñaba en el reconocido taller del Señor Flores cuando a la edad de veinte años residió en Neyba.

Cesar Andrés, era un hombre alto, delgado, pelo largo y ojos canelos, refiere la joven Bel Cáceres, la cual se queja porque su madre dejó de interesarle que ella cuando niña conociera su familia paterna.

Lamentó, que a sus dieciséis años no pudo conocer a un hermano de su padre que visitaba al taller Flores a ver un amigo, el cual solo identificó por un apodo… pero que desconoce el lugar exacto de su residencia en estos momentos.

Narró que la triste información sobre el deceso de su progenitor la recibió después que murió aplastado por una patana, mientras conducía una motocicleta cargada de carbón “quiero saber quién es la familia de mi padre, aunque ellos no me quieran necesito verlos aunque sea para tener un papel o una fotografía de él”, expresó.

Ella desconoce los nombres de sus difuntos abuelos paternos, cuya desaparición provocó la disgregación de la familia Báez González “no llevo esos apellidos porque me declaró mi abuelo materno pero mi padre declaró mi hermano mayor, por eso le llaman José Luis Báez Cáceres”, manifestó.

Yenisbel Cáceres, es madre de dos hijos de cinco y siete años, está casada con Regil Cuevas Ferreras y reside carca de la Escuela Jon Abraham, en el Barrio Caamaño del municipio de Neyba.