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jueves, 8 de septiembre de 2011

Apenas dos semanas antes de que los secuestradores del 9 / 11 estrellaran las aeronaves contra el World Trade Center y el Pentágono, los miembros de una familia saudita abandonaron abruptamente su residencia de lujo cerca de Sarasota, dejando un costoso automóvil nuevo en la senda de entrada, un refrigerador lleno de comida, frutas en el mostrador, y una caja fuerte abierta en el dormitorio principal.

En las semanas siguientes, los agentes de la policía no sólo descubrieron que fue visitada por los secuestradores, sino que hubo llamadas telefónicas entre la casa y quienes llevaron a cabo los ataques, entre ellos el líder, Mohamed Atta. Esos detalles nunca fueron revelados al público.

Diez años después del más letal ataque terrorista en territorio de Estados Unidos, han surgido nuevas informaciones que muestran que el FBI descubrió vínculos preocupantes entre los secuestradores y residentes de la lujosa comunidad en el suroeste de la Florida, pero la investigación no se informó al Congreso ni fue mencionada en el Informe de la Comisión sobre el 9 / 11.

El ex senador federal Bob Graham, demócrata de la Florida, que copresidió la Investigación Conjunta del Congreso sobre los ataques, dijo que debería haber sido informado sobre los detalles y afirmó que “abre la puerta a un nuevo capítulo de la investigación en cuanto a la profundidad del papel saudita en el 9 / 11. No se reveló ninguna información relativa a las personas mencionadas en Sarasota”.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos, el principal organismo que investigó los atentados, se negó a hacer comentarios, diciendo que sólo discutiría información ya dada a conocer.

Los residentes sauditas que entonces vivían en la lujosa residencia, Abdulazzi al-Hiijjii y su esposa, Anoud, no pudieron ser contactados, ni tampoco el entonces dueño de la casa, Esam Ghazzawi, que es el padre de Anoud. La casa fue vendida en el 2003, según documentos.

Para Graham, las conexiones entre los secuestradores y los residentes plantear preguntas sobre si otros ciudadanos de Arabia Saudita en la Florida sabían de los inminentes ataques, que dejaron casi 3,000 muertos.

La investigación del FBI comenzó en el mes siguiente al 9 / 11, cuando Larry Berberich, administrador principal y director de seguridad de la comunidad privada conocida como Prestancia, informó de un extraño evento que tuvo lugar dos semanas antes del secuestro de los cuatro aviones de pasajeros en Boston, Newark y Washington.

La pareja, que vivía con sus hijos pequeños en la residencia de tres dormitorios, en el 4224 Escondito Circle, se había ido a toda prisa en una camioneta blanca, probablemente el 30 de agosto.

Abandonaron tres vehículos inscritos recientemente, incluyendo un Chrysler PT Cruiser nuevo, en el garaje y la senda de entrada.

Después del 9 / 11, Berberich dijo que tuvo “una corazonada” de que la gente de la casa podía haber tenido algo que ver con los ataques, lo que provocó la investigación del FBI que a la larga vincularía a los secuestradores con la casa.

Como asesor del jefe de la policía del condado de Sarasota -Berberich estaba con el grupo que recibió el presidente Bush durante su visita a una escuela de Sarasota en la mañana del 9/11- alertó a los agentes del jefe de la policía. Patrick Gallagher, uno de los vecinos de los sauditas, había comenzado a sospechar incluso antes, y había enviado un correo electrónico al FBI en el día de los ataques.