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lunes, 19 de mayo de 2014

Las aceras son espacio por excelencia para los propietarios de colmados colocar anaqueles, sillas y motocicletas.Mario Terrero
Antonio Jiménez, con apenas once años de edad, perdió la pierna derecha al ser embestido por un carro en Villas Agrícolas cuando se dirigía a la escuela y caminaba por la calle, ya que la acera estaba ocupada por una empresa metalera.
Nadie respondió por la desgracia, pues se trataba de un caso más del robo de los espacios públicos que ha convertido la capital en enemiga del peatón. La gente tiene que arriesgarse a caminar por las calles en medio del denso tráfico de vehículos, porque las aceras son utilizadas como estacionamiento, para la instalación de escaleras tipo caracol, mecánicos y vendedores informales.
El problema es de antaño y cada día se agudiza más, mientras la indiferencia del Ayuntamiento y la Policía es notable y en ocasiones hasta de complicidad.
En los considerados sectores exclusivos puede ser que las autoridades no permitan la instalación de negocios en las acercas, pero muchas permanecen hasta meses cubiertas por materiales de construcción y de equipos pesados utilizados para levantar torres de apartamentos.
El robo indiscriminado de los espacios públicos ha llegado incluso a que algunos comercios extienden su área de negocio hasta la misma de la calzada, dificultando, no solo el paso del peatón, sino también el tránsito de vehículos.
Propietarios de tiendas de ropas, calzados, tejidos, colmaderos, gomeros y talleres de mecánicas son los principales violadores de los espacios públicos en la capital.
Ante este caos y falta de consciencia ciudadana se suman organismos estatales como la Policía, cuyos agentes también ocupan zonas públicas en violación a las normas de tránsito. Inclusive, en el destacamento policial de la 25 de Febrero usan las aceras para estacionamiento.
La sociedad está asumiendo como normal que los dealer de vehículos usen las aceras para sala de exhibición de su producto.
En avenidas de gran movimiento comercial como la Duarte, París, José Martí, Máximo Gómez, Ovando, y la mayoría de las calles del entorno de los mercados, caminar por las aceras es un sueño imposible.
En otros lugares, como “El Pequeño Haití”, en San Carlos, las acercas no sólo están ocupadas por negocios, sino que las actividades comerciales se desarrollan en plena calle. Donde funcionan instituciones públicas o centros de salud, la situación se torna más caótica, debido al cúmulo de vendedores.
UN APUNTE
La alcaldía
Periódicamente la alcaldía del Distrito Nacional realiza operativos para rescatar las aceras en algunos puntos de la ciudad, pero esta actitud no forma parte de una política permanente, en la que debe estar involucrada la Policía, la Amet y Bomberos.