Breaking News
Loading...
domingo, 23 de agosto de 2009

En el fondo de la trampa, la cosecha de Fiordaliza Laureano se revuelve incómoda. Carga con menos de una docena de jaibas. Y es que hay días en que se consigue poco. Las mujeres también son una docena “en promedio”. No les ha dado la manía de contarse entre sí. La mayoría se dedica a sembrar “cambusas”, como llaman al instrumento de captura, a lo largo de Laguna Redonda, y poco antes de terminar ya es momento de recogerlas. Se denominan “cambuseras”, pero un carné las legitima como pescadoras.
Ahora que está próxima a parir, Ariana García sólo ayuda a su marido a procesar el pescado, pero recuerda que anduvo metida en el agua hasta los cinco meses. En los Urabos, un paraje del municipio de Miches, la asociación de pescadores es mixta, y la vicepresidencia la ocupa una mujer, Esperanza Vilorio.
Se trata de esposas de pescadores que además de preparar el producto o comercializarlo, decidieron ir en su búsqueda; aunque la mayoría se dedica más bien a la captura de jaibas. “Cada cual va por su lado”, explica Cándida Cordero, otra de las pescadoras.
PARTICIPACIÓN FEMENINA EN LA PESCA
La participación femenina en la actividad pesquera se reconoce como escasa, no así en la actividad acuícola, sector en el que distintas organizaciones han visto una oportunidad de crecimiento económico para las mujeres. Sin embargo, en un trabajo publicado por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) se cita un estudio sobre las mujeres de las costas del Pacífico, Golfo de México y el Caribe en el que se identifican puntos comunes entre ellas. Estas tendencias son: el desarrollo de la actividad pesquera en ríos y lagunas, pero no en el mar. Se desempeñan dentro de un marco “informal” y su trabajo en el área no sustituye, sino que es una extensión de las labores domésticas.
También que su participación se da más en el procesamiento del producto o bien a través de sociedades y cooperativas, que en el proceso de captura de peces.Las que acompañan a sus maridos se encargan de lanzar el trasmallo. Algunas también van en cayuco a recoger las jaibas, lo que les permite duplicar el número de trampas que colocan en el fondo.
En la laguna, la brisa que viene del mar azota el agua contra la orilla. Surge la pregunta: ¿Y al mar, no van a pescar? La respuesta les parece tan obvia que se muestran sorprendidas.
“El mar es difícil, esa agua es guapa. Al ser mujer, tenemos que pescar en agua mansa”, responde Fiordaliza. “El mar es más fuerte, aquí no hay equipo para pescar allá porque esto no se puede meter”, explica a su vez la vicepresidenta, señalando los cayucos.
El humedal concentra la principal actividad productiva de la zona. En sus aguas salobres y poco profundas no sólo se obtienen jaibas y distintos tipos de peces, sino también ostiones y camarones. Entre ellas, hay quienes se refieren a éste como “una mina”.
Pese a ello, la comunidad ha observado como las actividades agropecuarias en los alrededores han deteriorado la laguna. “En tres días viene el embargo de los peces”, advirtió uno de los maridos a una compañera de faena. Se refería al envenenamiento de las especies producto de la utilización de pesticidas en las fincas arroceras, cuyas sustancias van a parar a la laguna a través de los caños que desembocan en ésta.
RELACIONADAS CON LA PESCA
77%
Según un diagnóstico hecho por CE-Mujer, este porcentaje de las esposas de los pescadores están relacionadas con la actividad pesquera remunerada. Todas son amas de casa.Turismo. En los últimos meses, las pescadoras de Laguna Redonda piensan mucho en Gustavo Cisneros. Cuando hablan del futuro, el nombre del magnate venezolano siempre sale a relucir.
El principal temor de la comunidad es que el boom turístico no sólo no los incluya, sino que les quite el acceso a su fuente de sustento económico. Tras la venta de terrenos en los alrededores, comenzaron a tropezar con letreros de “Peligro. No pase”. Ahora, uno de los caminos hacia la laguna es “propiedad privada”.
Con vistas a ese futuro de villas y restaurantes que transformará radicalmente su terruño, han estado haciendo cursos preparatorios para cuando lleguen los visitantes. Ellas cifran sus esperanzas en que sea la industria la que termine por sacarlas del agua.
ALTERNATIVAS Y RETOS
BUENAS PRÁCTICAS Instrumentos benignos Los métodos de pesca en la Laguna no son nocivos. Los pescadores no utilizan chinchorros de arrastre para no afectar la producción de especies; en su lugar utilizan trasmallos.
DETERIORODesvío de un ríoEl desvío del cauce del río Guarón para abastecer fincas arroceras ha provocado un desequilibrio en el ecosistema de la Laguna, disminuyendo la producción de peces y desapareciendo otras.
“Esto uno lo hace por necesidad, porque no es cómodo”, comenta una pescadora, refiriéndose a las horas que permanecen recorriendo la laguna con el agua a la altura del pecho. “Cuando llegamos a la casa es a desmasar jaibas y a atender a los hijos”, añade.
Pero mientras la transformación ocurre, la comunidad se conformaría con que el camino que lleva a Laguna Redonda fuese acondicionado, como ocurre en Laguna del Limón, donde la carretera que conduce al humedal ha permitido el acceso de visitantes y el desarrollo de actividades recreativas.
“A veces vienen los camiones con turistas y tienen que devolverse”, se lamenta Cándida Cordero