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miércoles, 19 de mayo de 2010

El primer ministro señaló que si el expediente judicial no se realizó "de manera pertinente", un buen abogado puede conseguir la libertad.
Madrid.- El primer ministro de Haití, Jean Max Bellerive, afirmó este miércoles en Madrid que el caso de la misionera estadounidense Laura Silsby es de "tráfico de niños", pese a que un juez haya ordenado su libertad."La verdad es la verdad y el procedimiento judicial es otro", dijo Bellerive, en una entrevista a Efe tras su participación en Madrid en la cumbre entre la Unión Europea y Latinoamérica.
Silsby fue puesta en libertad.
Clave DigitalEl primer ministro señaló que si el expediente judicial no se realizó "de manera pertinente", un buen abogado puede conseguir la libertad."Vamos a olvidar la buena o mala fe. Pero en qué país una persona puede ir a un campo, tomar a 30 niños, poner un camión y cruzar una frontera diciendo que como son huérfanos los vamos a ayudar", se preguntó."Eso es una locura -afirmó Bellerive-. No tenían pruebas de que lo eran y se comprobó que al menos la mitad de esos niños tenían padre y madre que los buscaban y que ahora están con su familia".Un juez de Haití ordenó el pasado día 17 la libertad de la misionera estadounidense Laura Silsby, acusada de intentar sacar ilegalmente del país a 33 niños tras el terremoto del pasado 12 de enero.Laura Silsby es considerada la responsable de un grupo de diez misioneros de Estados Unidos que supuestamente trataban de llevar a la República Dominicana a los menores.El grupo, conformado por integrantes de la organización baptista Refugio de Niños Nueva Vida, fue detenido a finales de enero, cuando se trasladaba a República Dominicana en un autobús con los menores, de entre dos y doce años.Bellerive señaló que ahora se ha comprobado que había gente que no sabía lo que pasaba en ese caso pero que otros sí sabían que había negocio y que, según el primer ministro, "una adopción hoy son 35.000 ó 30.000 euros para recibir un niño en Europa".El primer ministro Bellerive indicó que él mismo había firmado los papeles para que al menos un millar de huérfanos pudieran salir del país, con la confirmación de que había una familia que les iba a ayudar."Hay que ayudar a los niños en su propia cultura", dijo Bellerive