
Se incendia helicóptero de la Fuerza Aérea Dominicana y se salvan tripulantes
Insulza será llevado a Puerto Príncipe en avión de la Fuerza Aérea Dominicana Puerto Plata (R.Dominicana).- Un ex soldado dominicano de un grupo de 603 que fueron enviados en enero de 2004 a misiones de guerra en Irak pidió a las autoridades locales cumplir la supuesta promesa de entregarles 75.000 dólares a cada uno, según informa la prensa local.Fride Genao, ex paracaidista de la Fuerza Aérea Dominicana (FAD), dijo a medios de prensa digitales de Puerto Plata (norte), que junto a sus compañeros de armas fue enviado a Irak con la misión de participar en la reconstrucción de ese país tras la caída del régimen de Saddam Hussein, pero que luego comprendieron que fueron engañados, porque los incorporaron a cumplir misiones de guerra.
Sostuvo que muchos de ellos en la actualidad se encuentran fuera de las instituciones castrenses y que están pasando hambre.
En declaraciones ofrecidas al periódico electrónico Puertoplatadigital, el soldado dijo que cuando fueron reclutados en el 2004 por el Gobierno del ex presidente dominicano, Hipólito Mejía (2000-2004), se les prometió que les gestionarían visas estadounidenses, apartamentos, suministro de comida por toda su vida y 75.000 dólares en efectivo."Pero luego, comprendimos que nos engañaron como tontos útiles", se quejó el militar.
Observó que el descontento de los soldados dominicanos era tan grande que cuando fueron traídos de regreso, lo hicieron en horas de la madrugada para que los periodistas no los abordaran."Posteriormente, el (ex) presidente Mejía, acompañado del entonces secretario de las Fuerzas Armadas, teniente general José Miguel Soto Jiménez, nos recibió en el Palacio Nacional (sede del Ejecutivo), pero en ningún momento se habló de los dólares y los otros bienes que nos prometieron", denunció.Según Genao, a su llegada al país, les dieron seis días libres para que compartieran con sus familiares, pero que luego de concluir esas cortas vacaciones, los llevaron a cumplir los servicios rutinarios de todo soldado sin reconocerle sus méritos.
Sostuvo que muchos de ellos en la actualidad se encuentran fuera de las instituciones castrenses y que están pasando hambre, miseria y ejerciendo trabajos "miserables y despreciables".