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lunes, 11 de octubre de 2010

La cooperante británica Linda Norgrove, secuestrada en Afganistán el pasado septiembre, pudo haber muerto por la explosión de una granada de mano detonada por los militares estadounidenses que trataban de rescatarla, informó este lunes el primer ministro del Reino Unido, David Cameron.

De momento, el comandante en jefe de las fuerzas extranjeras en Afganistán, el general estadounidense David Petraeus, ha anunciado la apertura de una investigación.

En una rueda de prensa en la residencia oficial de Downing Steet, que fue retrasada una hora, Cameron dio a conocer los detalles sobre la suerte de Norgrove después de que las primeras informaciones indicasen que la cooperante había muerto a manos de sus captores.
El primer ministro explicó que habrá una investigación anglo-estadounidense completa sobre las circunstancias en las que Norgrove, de 36 años, murió el pasado viernes en Afganistán.