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sábado, 21 de enero de 2012

Templo en la cima del Cañón de TarokoVer Todas las Fotos (11) TAIPEI, Taiwán.- Desde una vista aérea nocturna, las luces de las casas y vías de la isla asiática de Taiwán parecerían ser nidos de luciérnagas iluminando a toda capacidad.

Ya de día, su vegetación provoca que un viajero dominicano se visualice camino a un Cibao futurista, con similares montañas y vegetación tropical, pero plagadas de altos edificios, sistemas de elevados y metros y templos budistas o taoístas enclavados en cada rincón.

Caminar por las calles citadinas y por los mercados nocturnos de la isla, de apenas 36 mil kilómetros cuadrados, se acompaña del olor característico del queso de soya (tofu) fermentado, uno de los platos preferidos entre los más de 23 millones de habitantes. El peculiar aroma proviene de los tantos restaurantes y tarantines que, además, rebosan un menú plagado de mariscos, indispensables en la gastronomía local.

Un lunes de este mes de enero, en apenas dos horas, la profesora Lisette Lou hace un repaso de las costumbres y hábitos de la oficialmente llamada República de China, a los 28 jóvenes dominicanos meritorios participantes de la 111 promoción del Curso de Desarrollo Nacional del Ministerio de Defensa del gobierno taiwanés, alojados en el sexagenario colegio militar de Fu Hsing Kang, en la capital, Taipei.



Que la pintura oriental se divide en tres partes, a diferencia de la occidental; que el Mandarín se lee de derecha a izquierda por la escritura antigüa en rollos, que la piedra de jade es más preciada que el oro y que en fechas festivas se acostumbra quemar presentes a los ancestros, son algunas de sus explicaciones.

No pasa por alto resaltar que Formosa, como los colonizadores portugueses llamaron a Taiwán, se vanagloria en tener los tesoros de la cultura china en el Museo Nacional del Palacio, compuesto por más de 700 mil piezas, y que es uno de los museos más visitados del mundo, situado en Shilin, Taipei.

Religión

El 93% de los taiwaneses profesa una combinación de budismo, confusionismo y taoísmo. Para un turista que no practica ninguna, visitar los templos diseminados en la isla no es lo mismo si no se acompaña de un conocedor de la cultura como el profesor Luis Chong.

El oriental explica a los dominicanos que a estos lugares sagrados se debe entrar por la puerta de la derecha o del dragón y salir por la izquierda o del tigre. A la inversa acarrea mala suerte.

Ya dentro, se adora haciendo tres reverencias con varitas de incienso, implorando las peticiones. Las varitas humeando se colocan frente a la estatua del dios. También, se pueden lanzar las "pua pue", un par de madera con forma de media luna, que dependiendo de la forma en que caigan será la respuesta del dios al pedido.



Pese a ser uno de los principales enclaves tecnológicos a nivel mundial, Taiwán conserva sus tradiciones religiosas, tanto así que definen la formación de valores familiares, principios de gobierno y la suerte misma de quienes en ella se apegan.

El profesor Chong asegura que el confusionismo también ha sido clave para el desarrollo de la isla, pues los taiwaneses han sido educados a base de valores éticos enseñados por Confucio. Afirma que estas doctrinas han permitido que, pese a los conflictos políticos con China, en 50 años se forje una ciudad con fortaleza institucional, economía pujante y una democracia como la soñó su expresidente y principal fundador Shan Kai Sheck.

Naturaleza viva

Visitar las aguas termales volcánicas de Beltou Thermal Valley, en Taipei, de las pocas en su tipo en el mundo, es una experiencia única para el ecoturismo. Sus cálidas aguas humeantes son aprovechadas más abajo para darse baños en comunidad.

Como en la isla se promueve el turismo de montaña, un viaje al Parque Nacional Taroko en el distrito de Hualien en el Este de Taiwán, también fue cotejado en la lista de lugares por conocer.

El grupo de 28 jóvenes dominicanos fue conducido por las montañas del Cañón de Taroko a través de una angosta y estrecha carretera en cuya construcción el gobierno reportó la muerte de 300 caídos. Sube desde el nivel del mar hasta más de 3,700 metros y cuenta con más de 120 mil hectáreas de paisajes de montaña.

Con casco protector para prevenir cualquier deslizamiento de piedras, el recorrido se nutre con la contemplación del mármol en su estado natural y, aún más, con mirar hacia el vacío y escuchar el canto de un río que recorre rápidamente las escarpadas rocas.

Al final de la travesía, de más una hora en autobús, el punto clímax lo completa la llegada a un templo enclavado en lo alto de la montaña, también hogar de monjes, desde donde se puede respirar un aire puro y disfrutar de una fresca temperatura.

De vuelta a la ciudad

Sentir como la audición se afecta al despegar desde un quinto piso hasta el 87 en solo 37 segundos es una experiencia que solo la ofrece el rascacielo Taipei 101, el segundo más alto del mundo.



Con buen tiempo, se vislumbra Taipei en su esplendor. De no haberlo, parecería que se vuela entre las nubes.

Terminadas las dos semanas del Curso de Desarrollo Nacional, es momento de retornar al Caribe y dejar a un país que espera festejar por todo lo alto la llegada del año nuevo lunar, el próximo día 23 de este mes. La partida de los dominicanos se produce no sin antes observar como Taiwán celebra un sábado de elecciones presidenciales bajo una atmósfera de tranquilidad y ver nuevamente a las "luciérnagas" que desde lejos dicen adiós.