Pese a sus 6 pies 3 pulgadas de estatura, más de 190 libras y la corpulencia natural de un atleta de constante entrenamiento, el joven Humberto Antonio Gerónimo Ferrán hoy camina por las calles como un muerto en vida. Visitó El Gobierno de la Tarde para denunciar que lleva más de 4 años en busca de que la Junta Central Electoral le rectifique una irregular situación donde aparece como “muerto”, cuando se siente y tiene más deseos de vivir que nunca.Se trata de un pelotero que, como miles de deportistas, ve frustrado su sueño por las carencias de recursos. A sus 19 años un “busca-talento”, conocido como “Boca Negra”, se le acercó y le propuso que para firmarlo debía “tumbarle” 3 años. Con las ansias de llegar a Las Mayores el prospecto aceptó el trato.Bajo la sugerencia del “scout” -cazatalento-, le intercambiaron la identidad a Gerónimo Ferrán con uno de sus primos que para ese entonces tenía 16 años. Su nuevo nombre fue David Ferrán Morel.Un año después murió el abuelo del atleta y tuvo que retirarse del juego porque era éste quien lo sustentaba económicamente. Al buscar trabajo la sorpresa lo ponchó: su verdadera identidad ya no existía porque en el padrón electoral estaba muerto.Lo que sucedió, según su versión, fue que el cazatalento le intercambio los papeles y su verdadera identidad la registró como de una persona fallecida.Hoy, Humberto tiene 25 años, cuatro de los cuales se los ha pasado muerto. Por lo menos eso es lo que aparece en el registro civil.Espera que en la JCE se aclare su situación, ya que aspira ingresar a la universidad lo más pronto posible, pero su condición de "muerto" lo inhabilita para desempeñar cualquier tipo de actividad, incluso hasta la de conseguir un trabajo, o estudiar.“No puedo trabajar, estudiar ni hacer nada. Soy un muerto en vida...”, exclamó desesperado Gerónimo Fermín, quien estando todavía en el edificio de la Z101 recibió una llamada de la Junta Central Electoral para que pase por sus oficinas a iniciar los trámites y resolver su situación.
