Por Negro Frías.Indudablemente que la política nos deja mucha veces atónitos, inertes y asombrados con los hechos que se han venido dando a todo lo largo y ancho dentro de los partidos políticos, donde personas se mueven como moscas, van de un sitio a otro buscando lo que pueda saciarles. No les importa como es la casa,en que barrio esta o quienes viven en ella. Al final, como siempre, se trata de satisfacer el ego,el yo y conseguir algún tipo de beneficio personal.
Ya no puede sorprendernos nada.Al hablar de política, definitivamente,debemos hacerlo de un mundo tan sucio como absurdo: las candidaturas se compran, las conciencias no tienen color ni lealtad y, como si fuera poco,los partidos juegan a convencernos de una seriedad que ya no logra convencernos.
Blancos, Morados y Rojos…todos son,definitivamnte,harina del mismo costal con sacos rotos y lleno de gorgojos.de no ser así,¿como podríamos explicar que unos y otros hayan ido reciclando a todos los candidatos que previamente habían sido descartados?
Y hablan de traición. Pero solo de los que se han ido.Los que vienen cambiando de partidos,son héroes que deciden retomar el rumbo de sus vidas porque se han dado cuenta de que hasta ahora habían estado equivocados.
Ha sido tanto el ir y venir de los candidatos y personas pertenecientes a los partidos políticos que podría apostar a que las elecciones del 2010 pasaran a la historia como el certamen en el que brillo el transfuguismo causa de ello, además, podría aumentar también la abstención.
Muchos electores conscientes se negaran a ir a las urnas para emitir el voto en favor de candidato alguno porque son tránsfugas. Porque,¿Cómo confiar en alguien que ha traicionado a su partido? ¿Puede ser leal a sus electores alguien que no lo ha sido consigo mismo?
Creo que los ciudadanos debemos dar un ejemplo a los partidos políticos de poco fuste que nos gastamos. Hay que decirle no a su voto y en lugar de ellos, elegir a quien nos pueda representar con dignidad en el congreso y los ayuntamientos de todo el país.
