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martes, 21 de diciembre de 2010

Por Reynaldo Hernández
San Francisco de Macoris.- Con el inicio del pago 13, que por ley se debe efectuar a todos los empleados y trabajadores del país, se evidencia la pobreza y los exiguos salarios que perciben todos los que venden sus fuerza de trabajo
.
Amén de los argumentos teológicos que sobre la navidad se han venido inculcando desde hace años, la lectura que hoy se concluye es, que dado la miseria que en emolumentos devengan mas 75 por ciento de los asalariados, apenas le sirven para mal alimentarse.
Es por ello, que ante esta parafernalia que se observa en los días recientes, se afianza más el estudio de que fruto de los pobres ingresos del dominicano común, este mes de diciembre es una especie de panacea ficticia, donde en su mayoría, dan rienda suelta a su imaginación, a sabiendas, que son tantas las penurias arrastradas en el año que buscan auto engañarse con compras compulsivas, no obstante, que lo recibido apenas le alcanzará para satisfacer una que otra necesidad.
Lo peor de todo, es que quienes nos gobiernan desde hace doce años, conocen de las debilidades d e los más, por lo que con sapiencia acuden a las funditas, cajitas u otras dádivas, convencidos de que con algunas migajas se calma la insolvencias estomacales de los de abajo, mientras ellos, se pasan todo el año en la dulce vida.
Ahora veremos cómo los medios escritos, serviles y beneficiados de los recursos del erario hacen despliegue de los nuevos filántropos de nueva catadura, como la gobernadora provincial, la cual nunca ha visitado los municipios de la zona, con soluciones algún problema de los residentes. Al igual observaremos a los millonarios Amílcar Romero, senador de los empresarios de Dios y Lupe Núñez, diputado, entregar cajitas a las hordas hambrientas, como si fuese la solución a su estado de miseria ancestral.
Asimismo, saldrán los añosos dirigentes corruptos del PRD ha enrostrarle a los pendejos que con cien pesos que les tiran, tal como si fueren borregos y verlos luchando por apropiarse de la papeleta, que de seguro es fruto de los desfalcos que por años entronizaron en su paso por la cosa pública.
Es por ello, mientras la mayoría no se empodere y exijan a toda este axial de taras indignas trabajar por el colectivo, no por sus familiares y allegados, estaremos igual de jodidos y colmado de miserias. Sí señor.