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sábado, 3 de septiembre de 2011

Rumor sobre salud de Castro dispara fondo de inversión
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Por PAUL HAVEN
Ha pasado más de un año desde que Fidel Castro irrumpió de nuevo en escena con una serie de presentaciones que calmaron la especulación sobre su adiós definitivo de los reflectores.

Pero después de esa racha de actividades en las que el revolucionario cubano exhibía fortaleza y confianza –y en las que incluso lanzó advertencias sobre el Apocalipsis nuclear–, la gira de reanimación parece haber llegado a su fin.

Castro no se ha presentado en público desde una crucial reunión del Partido Comunista en abril, cuando se le vio tembloroso e inusualmente frágil. También ha dejado prácticamente de escribir sus artículos de opinión y no difundió un comunicado ni fotografía alguna sobre su 85to cumpleaños en agosto.

El mutismo en torno a Castro ha propiciado como siempre los rumores de muerte desde Miami, propalados por las estaciones de radio y televisión del exilio cubano, y mediante redes sociales como Twitter.

Incluso hay un virus de computadora integrado en un correo electrónico basura titulado “Fidel está muerto”, que incluye una fotografía con poca definición y retocada que parece mostrar al ex gobernante cubano en un féretro.

Y en Venezuela, un periódico afirmó que la supuesta falta de salud de Fidel fue una de las razones por las que el presidente venezolano Hugo Chávez permaneció en su país para su tercera ronda de quimioterapia después de que recibiera las primeras dos del tratamiento en La Habana.

El gobierno cubano, como siempre, ha mantenido el mutismo. Las peticiones de The Associated Press para que comentara sobre la salud de Castro, o qué hace el ex gobernante, quedaron sin respuesta. El gobierno mantiene como secreto de estado el paradero exacto de Castro, así como detalles de su vida privada.

“Mi premisa con Fidel Castro es que hay que partir del hecho de que él es Lázaro y avanzar desde aquí”, dijo Ann Louise Bardach, autora del libro “Without Fidel: A Death Foretold in Miami, Havana and Washington” (“Sin Fidel: una muerte presagiada en Miami, La Habana y Washington”), el cual comenzó a escribir en 2006 para que coincidiera con el vaticinado deceso de Castro.

“Al margen de lo que cada quien piense de él, este hombre tiene una vitalidad formidable. Aquí no tenemos enfrente a un simple mortal”, agregó. “Si va a existir alguien que nunca muera, es él”.

Castro dimitió en julio de 2006 y delegó el poder a su hermano Raúl debido a una enfermedad intestinal grave que después él mismo reconoció que casi lo envió a la tumba. Fidel Castro continuó publicando artículos de opinión llamados “Reflexiones” pero permaneció fuera de la vista pública durante cuatro años, hasta su reaparición en julio de 2010, cuando se reunió con economistas, diplomáticos y legisladores, e incluso asistió a un espectáculo de delfines en el acuario de La Habana.

En poco tiempo, Castro estaba de regreso, atraía multitudes de partidarios bajo el sol de La Habana y había desempolvado su uniforme militar verde olivo.

Aprovechó su regreso a los reflectores para advertir sobre la amenaza de un enfrentamiento nuclear que escenificarían Estados Unidos e Israel contra Irán. Después, cuando dio inicio la oleada de protestas entre los gobiernos pro y antioccidentales en el Medio Oriente, Castro difundió una crítica mordaz de la OTAN y Estados Unidos.