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martes, 13 de junio de 2023

 NAYELI REYES, ONELIO DOMÍNGUEZ

SANTO DOMINGO, RD

Tenía sólo 16 años, una vida por delante, sueños, anhelos, una hermanita que era su alegría y una madre por la que se desvivía, quien ahora le llora intranquila, angustiada por no saber cómo afrontar un día a día sin él.

Carlos Féliz Fernández era el hijo menor del dirigente perremeísta Carlos Féliz, y el mayor de los retoños de Margarita Fernández. El adolescente fue asesinado a machetazos en la proximidad de la estación “Puente Blanco” del teleférico de Los Alcarrizos, en Santo Domingo Oeste.

“Él era alegre, un muchacho tranquilo, respetuoso, amoroso, que siempre estaba pendiente. A cualquier vecino que le preguntes te puede decir lo bueno que era mi niño”, aseguró su madre.

De acuerdo con el testimonio de Margarita, el hecho ocurrió el pasado viernes, alrededor de las 9:30 de la noche, cuando “Carlitos” se encontraba compartiendo con un grupo de amigos y varios desaprensivos se acercaron con intención de “atacarlos”, los acompañantes echaron a correr, pero, aunque él también lo intentó, no tuvo la misma suerte y fue agredido de espalda con un machetazo en la cabeza.

“Él echó a correr, pero no pudo porque él era gordito y alto, así como yo”, señaló Fernández con evidente tristeza. “Le dieron tres machetazos en la cabeza, en los brazos y en las piernas”, aseguró su madre, quien detalló con tristeza como él amaba las artes.

Apasionado de las artes

Carlos cursaba el quinto de bachiller, antiguo tercero, con especialidad en artes dramáticas. Hace poco que escribió un monólogo y guardaba varias canciones escritas por él mismo, que nunca nadie podrá escuchar.

Su madre dice que le encantaba improvisar y que antes de irse al encuentro, con los otros tres jóvenes que eran sus vecinos del entorno, le había pedido permiso para salir y ella había preparado una pasta que era de su antojo, “pero nunca volvió a cenar”.

Cuando eran alrededor de las 9:17 de la noche, Margarita le llamó para ver dónde estaba y él le compartió un vídeo indicando que aún se encontraba a las afueras de la estación Puente Blanco, con la promesa de que regresaría pronto.Sin embargo, la próxima vez que tocaron la puerta de su hogar, en el propio sector Los Alcarrizos, correspondiente a ese municipio, no era la persona de su hijo, sino la noticia de la trágica tragedia que despertó su sed de justicia.

Su progenitora, quien tiene una bebé de 11 meses de edad, dijo que recibió el anuncio de lo ocurrido unos 15 minutos después de haber hablado con él, cuando irrumpieron en su casa para decirle que estaba muerto; no obstante, Carlos solo estaba gravemente herido y no fue hasta la tarde del sábado cuando se reportó su fallecimiento por un paro cardíaco en el Hospital General Doctor Vinicio Calventi.

“Cuando lo fui a ver mi hijo estaba vivo, él respondía. Le lloraba un ojo, movía una mano, una pierna y se tocaba el vientre; pero cuando volví me di cuenta de que mi hijo no estaba bien”, declaró Margarita.