
López Rodríguez destacó que la Dirección Nacional de Control de Drogas, junto con la Policía Nacional, han asestado golpes certeros a “los gerifaltes de este vergonzoso y criminal comercio que mueve en el mundo fortunas fabulosas”.
El prelado católico expresó que la red se extiende claramente a sectores militares, económicos, financieros, sin que falten otros cuyas familias han tenido un historial muy diverso al que ellos hoy están presentando a la sociedad dominicana.
El cardenal llamó a mantener la vigilancia y habló del papel de la justicia en la lucha contra las drogas, pues afirmó que ésta tiene un papel determinante, porque si en los tribunales no hay suficiente valor y responsabilidad, todo el proceso resultará viciado.
La violencia es otro de los problemas que a juicio del cardenal afecta el pueblo, como también los abusos contra la mujer y la forma en que conductores y peatones se comportan en calles y carreteras.
Según el cardenal, muchos choferes son temerarios y abusan de su pertenencia a ciertos gremios que rara vez se han caracterizado por el respeto hacia los peatones y hacia los pasajeros.
En la homilía, López Rodríguez también se refirió a las víctimas del terremoto de Haití, y dijo que además de ofrecer una Eucaristía en sufragio por los afectados, mantienen una colecta abierta, de dinero, comida y medicamentos, que serán recibidos en las parroquias para ser depositados en los almacenes de Cáritas, en el Ensanche La Fe, de esta capital.