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viernes, 15 de enero de 2010


Está previsto que unos 5.500 soldados y e infantes de marina lleguen a Haití para el lunes. Su presencia servirá para dar seguridad, dijo el vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs.

PUERTO PRINCIPE, Haití — Los socorristas que trataban de distribuir alimentos, agua y otros suministros en el devastado Puerto Príncipe advirtieron que sus esfuerzos requerirían mayores medidas de seguridad ante la creciente desesperación e impaciencia de las víctimas.
Durante la noche arribaron cientos de efectivos estadounidenses para respaldar las tareas de ayuda.
Entretanto, empleados del gobierno enterraban miles de cadáveres en fosas comunes. La Cruz Roja estima que murieron entre 45.000 y 50.000 personas en el terremoto del martes que tuvo una magnitud de 7.
Los esfuerzos se concentraban cada vez más en la enorme tarea de llevar alimentos y agua a millones de sobrevivientes. Efectivos de paz de la ONU que patrullaban la capital dijeron que la gente está cada vez más furiosa porque la ayuda no ha sido entregada más rápidamente, y las fuerzas brasileñas advirtieron a las caravanas de ayuda que añadan personal de seguridad para prevenir saqueos.
"Desafortunadamente, crece la furia y la impaciencia de la gente", dijo David Wimhurst, portavoz de la misión de paz de la ONU, comandada por Brasil. "Todos nos damos cuenta que la situación se está volviendo más tensa, pues las personas más necesitadas siguen esperando suministros. Pienso que los ánimos se están caldeando".
En Ginebra, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) dijo el viernes que sus almacenes en la capital haitiana fueron saqueados, aunque más tarde rectificó y anunció que había recuperado la mayor parte de la ayuda alimentaria tomada.