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jueves, 22 de octubre de 2009


Santo Domingo Este.- Ok. El diputado Julio Romero ha tenido un hijo fuera del matrimonio con "una menor".

-"Si las pruebas de ADN demuestran que el niño es hijo mío, lo mantengo", ha dicho el parlamentario a puritanos de nuevo cuño que quieren lapidarlo.

Es curioso, pero ninguno de los que están "alarmados" por este "crimen" se han tomado ni un solo minuto, de ningún día para rasgarse las vestiduras ante la negativa del presidente Leonel Fernández de admitir que le hagan una prueba de ADN para determinar si el muchacho aquel es o no hijo suyo.

Son dos conductas totalmente opuestas:

-"Quiero que me hagan la prueba de ADN", dice Romero.

Silencio absoluto, guarda Leonel ante el reclamo de "su hijo".

Muchos dan por seguro que la muchacha aquella es un "angelito" víctima de un "demonio" incapaz de dominar "su bimbin" y ahora andan buscando en todos los rincones para ver si antes tuvo otros hijos no reconocidos.

Pero a ninguno se le ocurre urgar en el pasado del presidente para ver si fue verdad que con su respectivo "bimbin" ayudó a hacer al muchacho que dice ser hijo suyo.

¿Hipocresía? ¿Oportunismo? ¿Conveniencia en el servicio?

Cuando fue destapado el "escándalo" del supuesto "hijo no reconocido" de Leonel, muchos se lo tomaron a "chiste".

Por lo bajo le reconocieron que "es un macho" de hombre.

Otros hasta llegaron a sugerir que el supuesto hijo lo que quería era "dinero", aunque el decía que solo quería que su papá lo reconozca.

Un día, como por arte de magia, el muchacho guardó silencio.

Ya no quiso hablar más del caso. Parece que motivos muy poderosos tenía o le dieron, para callarse. Y se calló.

Es lo mismo que Joaquín Balaguer.

Este tipo nunca contrajo matrimonio y por ahí andan los rumores de que tuvo al menos seis hijos bastardos. ¿Y?

Hipocresía y falsa moralidad a granel.

En mi entorno conozco de casos múltiples en los que más de una madre prostituye a su propia hija lanzándola en brazos de cualquier rico, funcionario o político de renombre con tal de garantizarse ellos, los parientes, un mejor futuro.

Muy bien, ya el bebé de "la menor" de Julio Romero nació. Tiene varios meses.

Según la ley ¿Qué es lo que procede?

¿Lapidarlo a Julio Romero?

¿Crucificarlo?

¿Fusilarlo en el paredón?

¿Obligarlo a hacerse cargo de la manutención del bebé?

¿Comprarle una casa y un carro a la madre?

¿Mantener al papá y a la mamá de "la menor"?

¿Confiscarle todos los bienes a Romero?

¿Desterrarlo?

¿Llevarlo a que cometa suicidio?

¿Condenarlo los tribunales a 30 años de prisión?

¿Obligarlo a darle su apellido?

Por igual, ¿Qué habría que hacer con el presidente Leonel Fernández?

Este nunca ha querido admitir que el muchacho aquel es hijo suyo.

Es más, parece que ni siquiera lo mantuvo y la mamá u otras familias tuvieron que cargar con la educación, la alimentación y la salud del chico.

¿No sería Leonel Fernández un padre irresponsable que se puso a hacer un muchacho y luego ni lo reconoció ni lo mantuvo, si es que realmente es su hijo?

¿Porqué Leonel no conviene en hacerse la prueba de ADN como se lo suplica "su hijo"?

¿O es que su responsabilidad paterna no cuenta?

¿Es que el presidente Leonel Fernández está por encima de las leyes y Julio Romero no?

Alguien dirá:

-"Si, pero lo que ocurre es que la muchacha del caso Romero era "una menor"?

Ok. Que vayan a los tribunales y resuelvan allí el asunto.

¿Y Leonel? ¿No es más irresponsable aún que ni siquiera quiere convenir en demostrar con la prueba de ADN correspondiente que el chico "miente"?

¿Porqué lo de Leonel se lo toman "a chiste" y para lo de Romero hay que convocar una "cruzada" para llevar a este a la hoguera para que pague por sus pecados?

¿Es que ya vivimos en un estado islámico?

Si es así, que se preparen todos mis amigos que tienen hijos fuera del matrimonio, incluso algunos empresarios, funcionarios y políticos de renombre que se han encariñado con "menores" que andan acosando "adultos" con el estimulo de sus padres y madres para sacarles beneficio.

Y cuando digo"mis amigos", me refieron realmente a mis amigos.

Por último:

¿Quién es más responsable?

¿Romero, que no se niega a reconocer la paternidad, si le demuestran que es hijo suyo y, en consecuencia, mantenerr a su hijo?

¿O Leonel Fernández que nunca mantuvo al chico y todavía se niega a admitir que le hagan la prueba de paternidad que reclama "su hijo"?

¿O es que el "bimbin" de Leonel tiene más autoridad que el de Romero?

Este asunto, evidentemente, que ciertas personas lo están tratando con una doble moral que espanta.

Si lo dudan, pregúntenle al monton de sacerdotes que tienen hijos ocultos, y a los miles de hombres dominicanos que tienen hijos por aquí y por alla.

Claro, es paternidad irresponsable. ¿Se niega Romero a mantener a "su hijo"? El ha dicho que no.

Yo creo que Romero puede ser criticado perfectamente por otros asuntos en el Congreso.

Lo de su hijo bastardo, que lo traten los tribunales para bien de la criatura, no de unos abuelos que quieren varios millones de pesos para resolver su vida.

La responsabilidad, dicen las leyes del país, son del padre para con sus hijos, no con los abuelos.

Y que me excusen los puritanos, incluidos aquellos ejecutivos que extorsionan a sus empleadas a cambio de sexo. Esa extorsión sí que es vergonzante.

¡Y quien los ve y los escucha! Privando en Santos.

NOTA:

Artículo a petición de una periodista empleada de cierto medio digital que no se atreve ni puede escribir en "su" periódico lo que ella piensa sino que redacta lo que quiere y desea el grupo dueño del periódico.

Por aquí, por lo menos, decimos lo que pensamos, corremos nuestros propios riesgos y no somos perros guardianes de nadie.

Por eso, porque tenemos nuestra propia agenda, avanzamos a pesar de ser un periódico local, no nacional.