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lunes, 20 de diciembre de 2021


 

El sector turismo, uno de los pilares de la economía de la República Dominicana, ha caminado en franca mejoría este año.
Para 2022 las expectativas positivas se sustentan en el impulso de la inversión privada, mientras el precio del petróleo representa un desafío

República Dominicana cerró el año 2020 con un retroceso del crecimiento que logró en su economía en los últimos cinco lustros, por causa de la pandemia de covid-19. Fue un duro revés para entonces.

El ritmo de crecimiento de la actividad económica en ese año, medido a través del producto interno bruto (PIB) real, fue de -6.7 %, el peor desempeño desde la crisis financiera del año 2003 (-1.3 %). Sin embargo, el país ha sabido sobreponerse y todo indica que cerrará con una expansión económica superior al 10 %.

No es cualquier cosa, si se toma en cuenta el azote que sufrieron y tuvieron que aguantar las distintas actividades económicas y productivas desde el inicio de la crisis sanitaria por el virus y las medidas que han debido tomarse para transitar nuevamente la senda del crecimiento, hasta colocar a esta nación puntera en América Latina.

Las perspectivas se mantienen positivas, incluso para 2022, impulsadas, por ejemplo, por la recuperación de la inversión de origen privado (en habitaciones hoteleras, proyectos habitacionales y otros) y la inversión pública y por el curso que lleva el turismo, las zonas francas y la construcción, entre otros.

El turismo, visto a través de hoteles, bares y restaurantes creció 36.1 % entre enero y octubre de este año, versus el mismo período de 2020, un año en que el país estuvo cerrado varios meses, con cero visitas. La tendencia positiva ha seguido entre noviembre y lo que va de diciembre. La construcción se elevó 24.9 %; manufactura de zonas francas 21.9 % y transporte y almacenamiento 13.2 %. El comercio creció 11.3 %, y manufactura local 10.9 %. Otros renglones que mide y analiza el Banco Central de República Dominicana (BCRD) también mejoraron.

Los empleos que se perdieron desde el primer trimestre de 2020 han vuelto a recuperarse, de acuerdo con cifras del Ministerio de Trabajo. En febrero 2020 la cantidad de trabajadores formales del sector privado rondaba el 1,518,000 y a septiembre de 2021 el número se elevó hasta 1,524,000.
Mientras, la inversión extranjera directa (IED), se ha mantenido en línea con su promedio histórico. Registró US$2,337.3 millones entre enero-septiembre y se espera que al cierre de año alcance los US$3,000.0 millones.

La entrada de recursos en moneda extranjera ha permitido la acumulación de reservas internacionales, que alcanzaron US$12,504.9 millones al finalizar octubre, equivalentes a 6.3 meses de importaciones y 13.4 % del PIB, por encima de las métricas tradicionales de tres meses de importaciones y 10.0 % del PIB sugeridas por el FMI

Más allá de la IED, otras actividades vinculadas al sector externo mostraron un gran dinamismo. Las exportaciones ascendieron a US$9,199.1 millones en enero-septiembre, a la vez que se recibieron ingresos por turismo por US$3,826.5 millones en ese mismo periodo.

El mayor proveedor de divisas de la economía dominicana fueron las remesas (dinero enviado por dominicanos que viven fuera de este país), que de acuerdo con estadísticas del BCRD, ascendieron a US$9,461.7 millones en noviembre, para un crecimiento interanual de 28.8 % y una expansión de 47.1 % con respecto a 2019. Se espera que al cierre de este año superen los US$10,000 millones.

La recuperación económica –en el caso dominicano- ha sido más rápida de lo previsto en 2021. Pero ese “levantamiento de vuelo” estuvo empujado, en gran medida, por el plan de estímulo monetario puesto en marcha por el BCRD desde el inicio de la pandemia (desde mediados de marzo de 2020). El plan incluyó la reducción de la tasa de política monetaria (TPM, que es una tasa de referencia) en 150 puntos básicos, hasta un mínimo histórico de 3.0 % anual, a la vez que estrechó el corredor de tasas, reduciendo la overnight a 2.5 %.

Las autoridades otorgaron facilidades de liquidez a las entidades financieras por RD$215,000 millones (5.0 % del PIB), quienes a su vez colocaron 92,000 préstamos a empresas y hogares a tasas bajas, en la mayoría de los casos a 8 %.

El Banco Central volvió a elevar la TPM en 50 puntos básicos en noviembre, y lo hizo porque de no reaccionar a tiempo se hubiese podido generar hacia adelante un sobrecalentamiento de la economía y, a su vez, un desbordamiento de las presiones inflacionarias y un desequilibrio macroeconómico. Así lo explicó el gobernador de la entidad, Héctor Valdez Albizu, cuando justificó la medida de mover la tasa de 3.00 a 3.50 %