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sábado, 10 de octubre de 2009

El PRD es la organización política mas vieja o con mayor tiempo existiendo y no hay dudas que durante largo tiempo ocupó el primer lugar como fuerza mayoritaria. Además por la importante presencia de Don Juan, cosechó sólido prestigio, simpatía o preferencia y la exhibición de glorias históricas e importantes roles con contínuas resonancias en generaciones. Hoy el panorama es diferente o contrasta, porque todo se ha derrumbado y sepultado, cambiando su cara de triunfos y éxitos por un semblante de tristeza y condena. En la actualidad el PRD es un campo o batalla de intereses diversos que concurren en el único plan de alcanzar el poder, pero que cada dirigente de cierta importancia o jerarquía posee un proyecto personal, trabajando individualmente para nutrír o fortalecer sus aspiraciones, en que pueda beneficiarse o tener ganancia. De manera que no actúan para objetivos centrales o mayoritarios, sino para que su fuerza le permita negociar a su favor en elecciones de candidato o repartición de secretarías. La actual situación postconvencional refuerza estas afirmaciones, pareciendo cualquier mercado. Don Juan Bosch, siempre afirmaba con suficientes razones, que el PRD había desaparecido como partido, por haber cumplido su papel histórico. Es notorio que los planes personales de esos dirigentes descansan en la capacidad o poder financiero para activar y mover recursos en momentos determinados y para todos los fines. En la composición del PRD se observa una capa superior y privilegiada que goza de amplia fortuna y buena vida; una capa media de pequeños burgueses y trepadores al servicio de los grandes y en nivel bajo en su mayoría con características de lúmpenes proletarios y humildes personas, que son usadas también por el poder superior; a veces como fuerza de choque con la promesa de conseguirles buenos empleos. Ellos todos tienen un único y común objetivo y es el de ganar la presidencia, luego nadie se preocupa por mejorar el nivel político y formativo, disciplina, métodos organizativos, edición de medios de divulgación política ni reforzar sus creencias ideológicas. Si no existen metas y planes comunes o colectivas está claro que han perdido su esencia partidaria. Concluyendo que el PRD no crece como estructura partidaria; sino como maquinaria electoral que dependerá de la circunstancia y los factores que favorezcan en determinadas coyunturas. No es una fuerza compacta ni monolítica ni tampoco definida y cuantificable. Hoy Miguel Vargas sin méritos políticos destacables maneja la mayoría, mañana podría surgír otro personaje con mayores poderes económicos que invierta mayores recursos y ocupe la posición de mando. No hay manera de medír el crecimiento cualitativo y diferencial de la militancia que por su trabajo y lealtad realiza una excelente labor política, porque ahí en esa organización el dinero vale mas que todo.