
En esta gira el presidente ha incluido ciudades y comunidades más pequeñas en las cuales no obtuvo demasiados votos en 2008 y se ha ocupado de pasar más tiempo con los ciudadanos en áreas menos accesibles.
La visita también tiene una dimensión estratégica: Carolina del Norte y Virginia son dos estados claves para las elecciones del año próximo.
En 2008, estos estados tradicionalmente republicanos se inclinaron a favor de Obama.
Desde entonces, el apoyo al actual presidente ha retrocedido gradualmente y se espera que el año próximo sean un duro campo de batalla electoral, que podría ser decisivo para determinar quién vaya a ocupar la Casa Blanca en el siguiente mandato.