
La Sentencia esperada por cientos de francomacorisanos, se supo pasadas las siete de la noche, y mientras unos celebraban la decisión de la Corte de Apelación de la Primera Cámara Penal, otros aceptaban su condena con tristeza.
Euforia colectiva entre los cientos de personas que estaban en los alrededores del Palacio de Justicia, al escuchar la lectura de la sentencia de la Corte.