NUEVA YORK._ El narcotraficante dominicano Freddy González, enfrenta cadena perpetua luego de ser hallado culpable por un jurado federal de tres asesinatos relacionados con drogas en 1990.NUEVA YORK._ Freddy González, un narcotraficante dominicano residente en El Bronx y de 43 años de edad, enfrenta cadena perpetua por haber asesinado a tres compatriotas y un norteamericano en 1990, homicidios relacionados con disputas por el control de puntos de drogas.
Entre los muertos hay una pareja de esposos que residía en Queens. González, fue declarado culpable en relación a cuatro asesinatos de supuestos líderes rivales de bandas de narcotráfico que se disputaban la distribución de cientos de kilos de cocaína en Queens, El Bronx, Manhattan y Yonkers. El veredicto de un jurado en la Corte Federal del Distrito Sur esta semana, podría enviar a González de por vida detrás de las rejas, luego que pruebas de ADN lo vincularan directamente a los asesinatos.
El 11 de agosto de 1990, el narco dominicano asesinó a Carmelo y Marisol González en la residencia de las víctimas en Queens, matándolos a balazos mientras la pareja dormía.
La casa de los González está situada en el 711 de la calle Scardale Way. El acusado no tiene parentesco con sus víctimas. El hombre y la mujer ultimados por Freddy tenían 27 y 25 años de edad respectivamente. También asesinó a Carlos Polanco en el mismo condado.
Esos crímenes, tuvieron que ver con un enfrentamiento entre el acusado y las víctimas por el trasiego de 5 kilos de cocaína. Polanco fue ultimado el 10 de noviembre de 1990.
El 25 de septiembre de 1990 mató también a tiros a otro hombre identificado como Beword Clements quien fue abatido en la calle Bedford Rockledge Road de Yonkers. Clemente residía en El Bronx.
Esa víctima fue impactada con seis balazos a manos del dominicano. Los fiscales federales dijeron en el juicio que los asesinatos se relacionaron directamente con una conspiración de drogas en la que González, el acusado, estaba involucrado como uno de los jefes principales.
Los asesinatos fueron resueltos por la Unidad de Casos Fríos que datan en archivo desde hace varias décadas y un equipo de investigadores federales.
González fue arrestado y acusado por los asesinatos en abril del 2009.
El detective John Geiss de la policía de Yonkers describió los crímenes como “horribles”, añadiendo que González era uno de los más importantes líderes de las bandas de narcotráfico en diferentes lugares de Nueva York y su objetivo, asesinando a sus víctimas, era el de sacar de circulación a cualquiera que consideraba como competencia.
El 11 de agosto de 1990, el narco dominicano asesinó a Carmelo y Marisol González en la residencia de las víctimas en Queens, matándolos a balazos mientras la pareja dormía.
La casa de los González está situada en el 711 de la calle Scardale Way. El acusado no tiene parentesco con sus víctimas. El hombre y la mujer ultimados por Freddy tenían 27 y 25 años de edad respectivamente. También asesinó a Carlos Polanco en el mismo condado.
Esos crímenes, tuvieron que ver con un enfrentamiento entre el acusado y las víctimas por el trasiego de 5 kilos de cocaína. Polanco fue ultimado el 10 de noviembre de 1990.
El 25 de septiembre de 1990 mató también a tiros a otro hombre identificado como Beword Clements quien fue abatido en la calle Bedford Rockledge Road de Yonkers. Clemente residía en El Bronx.
Esa víctima fue impactada con seis balazos a manos del dominicano. Los fiscales federales dijeron en el juicio que los asesinatos se relacionaron directamente con una conspiración de drogas en la que González, el acusado, estaba involucrado como uno de los jefes principales.
Los asesinatos fueron resueltos por la Unidad de Casos Fríos que datan en archivo desde hace varias décadas y un equipo de investigadores federales.
González fue arrestado y acusado por los asesinatos en abril del 2009.
El detective John Geiss de la policía de Yonkers describió los crímenes como “horribles”, añadiendo que González era uno de los más importantes líderes de las bandas de narcotráfico en diferentes lugares de Nueva York y su objetivo, asesinando a sus víctimas, era el de sacar de circulación a cualquiera que consideraba como competencia.
