Breaking News
Loading...
sábado, 14 de noviembre de 2009

Las casas de cambio, propiedad del padre del joven secuestrado en Nagua, fueron cerradas por la Superintendencia de Bancos
Francisco Eduardo Baldera dice rumores buscan hacerles daño

ASANTO DOMINGO, República Dominicana.- La familia Baldera Gómez negó este viernes los rumores de que el cierre de las casas de Cambio Baldera, en Nagua y Samaná, se debió a un allanamiento por supuestas vinculaciones con "actividades cuestionables".Las casas de cambio son propiedad de Francisco Eduardo Baldera, padre del joven Eduardo Antonio Baldera Gómez, quien habría sido secuestrado hace dos meses y posteriormente liberado. La Superintendencia de Bancos ordenó este jueves el cierre de las casas de cambio Baldera Bienes Raíces, porque alegadamente no contaban con los permisos para operar.Pedro Baldera, abogado de la familia, reconoció que los locales operaban sin licencia de la Superintendencia, pero aseguró que se encuentran en el proceso legal para obtenerla.“En el 2008 remitimos a la Superintendencia nuestra documentación para esos fines, pero lamentablemente nosotros no hemos culminado con ese proceso. Si tuviéramos en actividades cuestionables, dudosas, obviamente se llevan hasta el polvo de la vitrina”, indicó Baldera, tras señalar que la abogada Karina Lavandier actuó como notario público, y que el propietario quedó como guardián de los muebles e inmuebles.De su lado, Francisco Eduardo Baldera, propietario de los negocios, consideró que los rumores de supuestas irregularidades en el manejo de sus empresas se deben a un plan para hacerles daño.“Primero nos secuestran el hijo y continúan haciéndonos daño, pues Dios lo quiere así, vamos a esperar. Quizás vienen cosas mejores que esto”, afirmó.Por su parte, la Superintendencia de Bancos aclaró este viernes que el cierre de los negocios se debió a que éstas estaban operando sin la documentación requerida para esos fines. El organismo gubernamental otorgó un plazo de 15 días para que Baldera reúna los requisitos necesarios para que las casas de cambio de su propiedad puedan operar.